Por Maximiliano Babino, Gerente General Cono Sur, Western Union
Argentina está revolucionando su panorama digital, dando pasos audaces en materia de inclusión financiera y remodelando el futuro de su economía. Es el hogar de un próspero ecosistema fintech que está transformando la forma en que administramos el dinero. Sin embargo, hay otra fuerza poderosa en acción, que silenciosamente da forma a la definición misma de inclusión financiera.
Esta fuerza silenciosa -las remesas- no se limita a sostener a las familias cuyos seres queridos han emigrado en busca de oportunidades profesionales o a los jóvenes estudiantes que han llegado a la Argentina para estudiar y dependen del apoyo económico de la familia. Las remesas sirven como puerta de entrada a la economía formal.
Esta afluencia de fondos no solo ayuda a que las economías locales prosperen, sino que también fomenta una integración aún mayor en el sistema financiero formal. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo también ha citado varios ejemplos de cómo en tiempos de crisis, las remesas han sido cruciales para estabilizar las economías.
Acceso financiero en movimiento: a nivel global y local
Durante la última década, la inclusión financiera mundial ha experimentado avances significativos, según la base de datos Global Findex del Banco Mundial, el porcentaje de adultos en todo el mundo con una cuenta financiera aumentó entre 51% y 76% entre 2011 y 2021. Argentina reflejó esta tendencia, con la titularidad de cuentas más del doble en el mismo período. Estos avances reflejan cómo los esfuerzos globales y nacionales están impulsando un cambio real en la forma en que los consumidores interactúan con el dinero.
Al mismo tiempo, las remesas transfronterizas se están digitalizando cada vez más. Varios estudios muestran que el crecimiento del mercado de remesas digitales será impulsado por la demanda de velocidad, confiabilidad y conveniencia. Argentina es parte de este impulso, con más personas explorando canales digitales para recibir fondos esenciales. Si bien la tecnología avanza rápidamente, las necesidades humanas a las que sirve permanecen constantes: apoyar a las familias, invertir en el futuro y desarrollar la resiliencia.
De todas formas, incluso a medida que avanzamos hacia una economía más digitalizada, el efectivo sigue desempeñando un papel fundamental en el panorama financiero. En Argentina, una gran cantidad de transacciones todavía se realizan de esta manera. El verdadero empoderamiento financiero no significa volverse completamente digital, significa crear un sistema en el que los servicios financieros sean accesibles para todos. Por ello, es esencial un ecosistema equilibrado en el que coexistan tanto el efectivo como las opciones digitales. Se trata de ofrecer opciones reales que se adapten a las personas donde están y donde necesitan estar.
Conectando Futuros Financieros
A medida que Argentina continúa ampliando el acceso a los servicios financieros, el panorama de las remesas también está evolucionando, abarcando no solo la entrada de fondos, sino también los flujos de salida.
Como hogar de una de las poblaciones de migrantes más grandes de América del Sur, muchos de los cuales provienen de Paraguay, Colombia, Bolivia y Venezuela, Argentina se ha convertido en un destino para aquellos que buscan mejores oportunidades económicas. Muchas de estas personas envían dinero a sus familias, lo que hace que Argentina sea tanto un receptor como un remitente cada vez más activo de remesas. Y no son solo los migrantes. Varios argentinos nativos también contribuyen transfiriendo dinero a países como Estados Unidos y España.
Comprender y abordar las necesidades únicas de todas las comunidades, ya sea que envíen o reciban, es crucial para garantizar el empoderamiento económico. Después de todo, las remesas son más que simples transacciones: son salvavidas para millones de personas, tanto en el país como en el extranjero. Desde soluciones que aborden desafíos como la inflación hasta transferencias de dinero sin interrupciones directamente a cuentas bancarias o en efectivo, así como pagos de facturas, debemos empoderar a las familias para que administren sus finanzas con facilidad y confiabilidad. Este es el tipo de esfuerzos que ayudarán a crear un ecosistema sólido en el que la inclusión financiera no sea solo una aspiración, sino que se convierta en una realidad.
El camino por delante
El desafío no es solo fomentar la innovación, sino también garantizar que las remesas sigan siendo un poderoso facilitador de la inclusión financiera. Ya sea a través del acceso a efectivo o a integraciones digitales, nos esforzamos por crear soluciones que sirvan a todos, dondequiera que se encuentren en su viaje financiero.
A medida que Argentina continúa su camino hacia un futuro financiero más inclusivo y conectado, las remesas desempeñarán un papel cada vez más fundamental para cerrar la brecha entre lo digital y el efectivo, la inclusión y la accesibilidad. El desafío radica en liberar todo su potencial a medida que las remesas crecen y consolidan su lugar dentro de los cimientos de la economía del país.